En la dirección de un vehículo, todas las ruedas se deben encontrar exactamente sobre una misma trayectoria. Para conseguirlo, las prolongaciones de todos los ejes de las ruedas se deben cortar en el centro de la curva (ley de dirección o ley de Ackermann). En este sentido, es necesario que la rueda interior gire más que la exterior. Para explicarlo claramente, se emplea un trapecio de dirección compuesto por un eje, una barra de acoplamiento y dos palancas de barra de acoplamiento en las ruedas.
El equipo KI 160 permite estudiar un trapecio de dirección. El equipo de ensayo está compuesto por dos barras de acoplamiento con barra de dirección intermedia, dos palancas de barra de acoplamiento y dos pivotes de mangueta en los que, teóricamente, irían conectadas las ruedas.
La longitud del eje se corresponde con la distancia entre los pivotes de mangueta. Las longitudes de las barras de acoplamiento se pueden ajustar de manera independiente entre sí. Para ajustar la posición cero del ángulo de giro, el mecanismo se fija en el centro con ayuda de un seguro en la barra de dirección intermedia. El ángulo de giro de la rueda interior se ajusta, y el de la rueda exterior se modifica en función de la geometría y se lee. La diferencia entre ambos ángulos es lo que se denomina ángulo de avance. La diferencia entre el ángulo de giro calculado y el medido da como resultado el fallo de dirección. Este equipo permite demostrar los inconvenientes de una barra de acoplamiento mal ajustada.
Los elementos se fijan sobre una placa base también apta para el montaje de pared.