Para realizar un balance energético de motores de combustión interna es necesario determinar las pérdidas térmicas de los gases de escape. Un procedimiento habitual para ello es la medición calorimétrica. En este proceso tiene lugar un intercambio de calor libre de pérdidas entre el gas de escape y un medio refrigerante.
El calorímetro de gases de escape está compuesto por un recipiente aislado de acero fino, por el que fluye el gas de escape desde abajo hacia arriba. Al hacerlo, el gas de escape cede calor a un tubo con aleta por el que circula agua de refrigeración. El tubo está colocado en lazos para obtener una superficie de transferencia de calor máxima. Las temperaturas relevantes (entrada y salida de agua y gas de escape) y el caudal del agua se registran electrónicamente y se visualizan digitalmente en un amplificador de medida. Los datos medidos se almacenan y procesan mediante la adquisición de datos del CT 110.
La conexión del CT 100.11 con un motor de prueba (CT 100.20 a CT 100.23) se realiza mediante un tubo flexible para gases de escape resistente al calor.